Cuando se cumplen 35 años de su lanzamiento, la sonda Voyager 1 está llegando a los confines del sistema solar pero puede que no esté tan cerca de la frontera como se pensaba hasta ahora. Así lo revela un estudio que investigadores de la Universidad Johns Hopkins (EEUU) publican esta semana en la revista Nature.
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Un estudio de la Universidad Johns Hopkins de Maryland (EEUU) concluye que la sonda espacial Voyager 1, lanzada el 5 de septiembre de 1977, no está tan cerca de la heliopausa (el límite donde desaparece el viento solar y comienza el medio interestelar) como consideraban los científicos.
La Voyager 1 está ahora en la heliofunda –la región anterior a la heliopausa– donde el viento solar disminuye y se empiezan a manifestar los efectos del medio interestelar. En esta zona de transición es en la que se supone que el plasma solar se desvía de su trayectoria radial a otra meridional.
Pero desde 2011, la sonda Voyager 1 se fue reorientando periódicamente para medir este flujo norte-sur, y los resultados muestran que no existe viento meridional significativo. Los nuevos datos indican que, al contrario de lo que se pensaba, la sonda no está a punto de cruzar la frontera del sistema solar.